Un ingeniero muere y llega a las puertas del cielo. San Pedro lo recibe y, revisando su lista, le dice: «Lo siento, pero no estás en la lista de los que pueden entrar al cielo. Tendrás que ir al infierno».
El ingeniero, resignado, se dirige al infierno. Al llegar, se da cuenta de que el lugar está en muy mal estado: las puertas están oxidadas, las tuberías tienen fugas y el aire acondicionado no funciona. Así que, siendo ingeniero, decide arreglar todo. En poco tiempo, el infierno se convierte en un lugar mucho más cómodo y eficiente.
Un día, Dios llama al diablo para ver cómo van las cosas en el infierno. El diablo, muy contento, le dice: «Todo va de maravilla. Tenemos un ingeniero aquí que ha arreglado todo. Ahora tenemos puertas automáticas, aire acondicionado y hasta una red Wi-Fi».
Dios, sorprendido, le responde: «¡Eso es un error! Los ingenieros no deben estar en el infierno. Devuélvemelo inmediatamente».
El diablo, riéndose, le contesta: «¡No lo haré! Me gusta tener un ingeniero aquí. Además, ¿qué vas a hacer al respecto?».
Dios, enfadado, le dice: «Si no me lo devuelves, te demandaré».
El diablo, aún más divertido, le responde: «¿Ah, sí? ¿Y dónde vas a encontrar un abogado en el cielo?».
Moraleja: Adaptarte a las situaciones y sacar lo mejor de ti, te hará mas fácil la vida.
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